martes, 17 de noviembre de 2009

Sacarse un peso de encima.

Viendo fotos de algunas carreras en las que he participado a lo largo de los últimos años, me he dado cuenta de lo que ha cambiado mi fisonomía en los últimos meses. Y es que 10 kg. menos se notan, y correr sin ellos, también.

Lo que no me explico es cómo demonios llegaba a meta sin ninguna lesión o molestia estando tan rellenito como Ronaldo (excepto en la cuenta corriente). Lo de las marcas que hacía, mejor dejarlo. Aunque también es verdad que, por aquel entonces, yo era de los que decía: "los tiempos son lo de menos, el caso es disfrutar y terminar". Ya, ¡y una mierda!

Ahora, me he dado cuenta de que a menor tiempo empleado mayor es el disfrute. Y no me malentendáis, no hablo de batir récords ni nada por el estilo, sino de acabar menos hecho polvo habiendo hecho 6 minutos menos en un diez mil, o 10 en una medio maratón, respecto al año anterior.

Entrenar es la base de todo lo que estoy diciendo. Cuesta, sí, es realmente sacrificado (para uno mismo y para los que lo rodean), pero los resultados son tan positivos... En mi caso, si entreno pierdo la ansiedad por comer. Si pierdo esa ansiedad adelgazo, si adelgazo corro más, si corro más adelgazo más, y si adelgazo más, pues... corro más todavía, y así sucesivamente, hasta que he llegado a un peso ideal (de un ser humano sano y normal, y de un corredor popular del montón).

Cuanto más entreno y adelgazo, más disfruto; cuanto más disfruto, más entreno y adelgazo.

Saludos.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Pereza temporal.

Todavía no se me ha ido de la cabeza la Carrera popular de San Martiño (Ourense), celebrada ayer.

Por disitintos motivos, este año tenía -de antemano- bastante complicada la participación, pero no la descarté hasta la noche del sábado. Al final -y creo que con buen criterio- mi compañero de fatigas y yo decidimos no ir. ¿Fue pereza?, ¿fue el temporal?, ¿fue un caso de pereza temporal?... de todo un poco. Aproveché la mañana para descansar, e ir a ver al Obradoiro contra el Unicaja de Málaga al pabellón del Sar (qué espectáculo, por cierto).

Eché de menos, por supuesto, la cita anual con la Ciudad de las Burgas. Le debo una. El año que viene espero no fallar, y volver a disfrutar de la compañía de Póstol y familia en hotel de siempre, del tapeo por la zona vieja, de la comida postcarrera y, por supuesto, del ambientazo y de esta prueba, bonita donde las haya.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Todo tiene una explicación.

Hola a todos.

Llevaba ya tiempo queriendo tener uno de estos "diarios" virtuales. No me preguntéis por qué, pues no lo sé. Pero quiero pensar que es algo más complejo que el típico... "por que lo tiene todo el mundo". Simplemente, creo que puede ser un buen medio para conservar aquellas cosas que, de otra manera, caerían en el olvido (aunque a veces fuese mejor), y ponerlas a vuestra disposición para que digáis: "¡mira éste lo que anda haciendo!", o escribiendo...

Con el título del mismo intento plantear un juego de palabras. "Mi lado blandiño" es el contrapunto del nick (Ferraduro) que utilizo en los foros de "Correr en Galicia", por el que muchos atletas populares me conocen. Desde que me puse este apodo he tenido serias tentaciones de cambiarlo. Ferraduro suena, como es obvio, a 2 cosas: "ferro" (hierro en gallego) y duro, ¿no os parece? Hierro duro... ¡vamos! nada más lejos de mi carácter y de mi intención. No sé, quizá la gente que me imagina como Ferraduro, en el momento de conocerme piense... "pues yo lo imaginaba más bruto". Y es que, en realidad, el sobrenombre no hace referencia a la fuerza o a la resistencia física, sino a mi querida Alameda compostelana (también conocida como "a Ferradura"), donde empecé a correr hace unos 7 años, aproximadamente.

Hoy, buscando título para mi blog, empecé a jugar con las sílabas de mis apellidos, a ver qué salía. No sé si por casualidad, mezclando ambos surgió la palabra blandiño, prácticamente la antítesis de mi personaje deportivo. Me hizo gracia, así que decidí quedarme el palabro.

Estoy convencido, francamente, de que no soy ni muy ferraduro ni demasiado blandiño, sino una especie de mezcla, dependiendo de la situación y de lo que más convenga en cada caso. Seguramente tendré oportunidad de demostrarlo en esta especie de baúl de los recuerdos, en el que iré guardando mis cacharros mentales.

Hasta pronto.