martes, 17 de noviembre de 2009

Sacarse un peso de encima.

Viendo fotos de algunas carreras en las que he participado a lo largo de los últimos años, me he dado cuenta de lo que ha cambiado mi fisonomía en los últimos meses. Y es que 10 kg. menos se notan, y correr sin ellos, también.

Lo que no me explico es cómo demonios llegaba a meta sin ninguna lesión o molestia estando tan rellenito como Ronaldo (excepto en la cuenta corriente). Lo de las marcas que hacía, mejor dejarlo. Aunque también es verdad que, por aquel entonces, yo era de los que decía: "los tiempos son lo de menos, el caso es disfrutar y terminar". Ya, ¡y una mierda!

Ahora, me he dado cuenta de que a menor tiempo empleado mayor es el disfrute. Y no me malentendáis, no hablo de batir récords ni nada por el estilo, sino de acabar menos hecho polvo habiendo hecho 6 minutos menos en un diez mil, o 10 en una medio maratón, respecto al año anterior.

Entrenar es la base de todo lo que estoy diciendo. Cuesta, sí, es realmente sacrificado (para uno mismo y para los que lo rodean), pero los resultados son tan positivos... En mi caso, si entreno pierdo la ansiedad por comer. Si pierdo esa ansiedad adelgazo, si adelgazo corro más, si corro más adelgazo más, y si adelgazo más, pues... corro más todavía, y así sucesivamente, hasta que he llegado a un peso ideal (de un ser humano sano y normal, y de un corredor popular del montón).

Cuanto más entreno y adelgazo, más disfruto; cuanto más disfruto, más entreno y adelgazo.

Saludos.

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