martes, 2 de agosto de 2011

Cambio de rutina.

Hoy puede ser un gran día (como decía la canción de Serrat), o no...

He empezado a entrenar (si es que se puede llamar así al simulacro de estos últimos meses) a las ocho de la mañana. A partir de ahora intentaré hacerlo algunos días laborables, mientras que los fines de semana es posible que lo haga a otras horas más tempestivas. Sería demasiado largo, a la par que aburrido, explicar el porqué de este cambio de rutina, pero el caso es que esto promete. Por lo menos mientras dure el "verano" (si es que se puede llamar así al simulacro de este año).

Entre tanto simulacro, ya os iré contando. Porque solo lo de hoy no hace prueba: cuarenta y siete minutos casi a ritmo de seis. Os adelanto algunas de mis primeras sensaciones:

1.- Es fundamental no mirar a los vecinos a la cara en el ascensor y el portal (corres serio peligro de volver a la cama, de inmediato).

2.- Siempre hay alguno, más loco todavía, que se levanta antes que tú para ir a correr. Me he encontrado un par. ¡Y seguro que había más por ahí! En fin, que me dio la sensación de ser de segunda o de tercera hora, tranquilamente.

3.- No es bueno girar la cabeza de forma brusca en el primer cruce. No puedo describir el brutal crujido-calambre que me produjo hacerlo. Y -todavía medio zombi- pensé para mis adentros: ¡joder!... ¡pero si aún no se me han ido las marcas de la almohada!... ¡estaré atontao!

4.- Bajar de cinco el kilómetro es una quimera, al menos hasta pasadas las nueve menos cuarto (quince segundos antes de terminar, vamos).

5.- No puedo asegurar que esto vaya a cuajar, pero tener los "deberes" hechos tan temprano me parece formidable. Y mi familia lo agradecerá, seguramente... (eso espero).

Y no me enrollo más, que tampoco es para tanto. El tiempo, como siempre, dirá...


martes, 28 de junio de 2011

Larga astenia primaveral.

No sé si es un mito o es real, pero llevo unos meses la mar de raro. El caso es que, por definición, y estando ya en verano, ¡ya se podía acabar esta puñetera fatiga o desánimo que tengo!

Llevo unos meses bastante flojillo, para qué nos vamos a engañar (tanto en los entrenamientos como en las competiciones). Lejos del punto de forma alcanzado en 2010, no me queda otra que disfrutar de lo que hay, que no es poco. Afortunadamente, pude asisitir a carreras que tengo entre mis favoritas: Coruña21, Cambados, o, muy recientemente, San Pedro de Visma. También pude debutar en pista al aire libre, en el Campeonato Gallego de Veteranos, que se celebró en Pontevedra... Etc., etc.

Mi ritmo ha bajado un poco, sí. Pero, lejos de abandonar, mi idea es aguantar y perseverar en el intento de mejora. Todo a su debido tiempo. Mientras tanto, toca ver cómo otros están en la cresta de la ola. Con envidia sana, al menos queda la alegría de verlos ahí. Algunos de ellos, incluso, después de largas lesiones... genial.

Tampoco he tenido mucha gana de actualizar el blog, de guardar cosas en él, de contarlas a quienes les puedan interesar o entretener...

Tiempos mejores vendrán, para entrenar, para competir y para escribir.

Un saludo.

jueves, 14 de abril de 2011

VIGBAY 2011

Ocho de doce. No está mal.

Es esta una de mis pruebas favoritas, y no solo por el recorrido, la organización, el ambientazo... que también. En realidad, la VigBay se ha convertido en una cita fija en mi calendario por el fin de semana que nos pasamos mi familia y yo junto a unos amigos, en Baiona. Todo un homenaje que nos damos a nuestra salud, y que culmina con esta fantástica carrera.

En lo meramente deportivo, este año he llegado peor preparado que el año pasado. A tenor de ello, decidí ser más conservador, e ir a disfrutar de un "entrenamiento" largo de domingo. La marca de 1:24:28? del año pasado era inalcanzable, y había que ser realista.

Cuando llegué a Samil casi eran las 10:00 h. Fui a tomar un café a toda prisa, y, sin calentar, me metí en el "cajón A", cuyo derecho me había ganado en la edición 2010. A pesar de salir más tranquilo que por aquel entonces (3:55 aprox.) creo que no molesté a nadie, ya que tampoco me puse en primera fila, ni mucho menos. Mi intención fue ir tenso (en torno a 4 el km) hasta que pudiese, de cara a próximas pruebas y medio maratones. Y así lo hice -más o menos- hasta el km 15 (a excepción de las cuestas), donde decidí levantar el pie hasta 4:20. a partir de ahí fue un "paseo", animando a la gente que me pasaba a riadas. Al final, tras el paso por el último Km -en el que recibí el ánimo de varios familiares y amigos- llegué a meta en 1:28:01. Sólo sprinté al final, cuando vi el crono sobre la meta, para intentar bajar de 1:28 (una tontería muy tonta), cosa que, finalmente, no conseguí. Pero bueno, quedé más que satisfecho con la marca y con las sensaciones, de todas formas.

Después de la pertinente ducha llegó, como ya es tradición, la gran churrascada. Y tras ésta el regreso a Santiago con los deberes hechos y con el buen sabor de boca que siempre dejan los fines de semana bien aprovechados. Un lujo.

Agradecer a todos los que rodean a esta carrera (organizadores, cuerpos de seguridad, servicios sanitarios, atletas, voluntarios, público...) su empeño en hacerla cada vez mejor. Ciertamente, lo estáis consiguiendo.

Y poco más. Simplemente añadir que ya estoy empezando a pensar en el año que viene... ¡a por la novena!

Nota: durante todo el recorrido me acordé muchísimo de Álvaro. Este amigo -formidable deportista y excelente persona- está empezando a correr hoy la que será, probablemente, la carrera más importante de su vida. Sé que es un ganador, que superará esta difícil prueba, y que pronto estará de vuelta en estas otras que tanto nos gustan. Lo sé. Desde aquí le mando toda mi fuerza, apoyo y ánimo.

lunes, 28 de febrero de 2011

Campeonato Gallego Veteranos 2011.

Aquella mañana Mateo no dejaba de llorar. Sus gritos retumbaban en el pabellón cada vez que sonaba el pistoletazo de salida de alguna prueba. Al final de la jornada matutina, acostumbrado ya al ruido, y observando el desarrollo del Campeonato, me preguntó entre pucheros: "Papá, ¿y a tí no te dan una medalla?". Sonriendo, y con toda la ternura que pude mostrar, le contesté: "No Cariño, pero el día que me den una, te la voy a regalar por lo valiente y lo bueno que eres". Esa misma tarde, y de forma totalmente imprevista (pues era debutante en estas lides), me entregaron dos. Se ve que Mamá, que, como siempre, había estado a nuestro lado, se merecía otra...

Aviso: es posible que la medalla del 400 me la hayan dado por error. En ese caso tendría que devolverla inmediatamente (como es lógico). Espero aclarar el asunto pronto, por el bien del otro afectado, y del mío propio.

martes, 8 de febrero de 2011

Maratón

Está próximo el Maratón de Sevilla, y varios amigos van a participar en esta edición con el ánimo de hacer la mejor marca posible y, sobre todo, pasarlo muy bien.

No habrá griegos ni persas en esta ocasión, y lejos queda ya el 490 a.C., pero la afrenta sigue siendo dura, casi heroica. La suerte está echada. El entrenamiento está ahí, y, salvo imprevistos, tendrá que notarse.

Me invade la envidia, por una parte, y, por otra, no me veo preparado para afrontar el reto de hacer una muy buena marca. Una vez que ya me he demostrado a mí mismo que puedo terminar la mítica distancia (Madrid, 2005), ahora estoy como aquel surfista que, sentado en su tabla, otea los límites del océano, dejando pasar buenas olas, en busca de aparezca la más idónea de entre todas ellas, y no sin riesgo de escoger mal...

Algún día llegará. No sé si en Sevilla, en Barcelona, en San Sebastián o más lejos, pero llegará. Es algo pendiente, que creo compartir con la mayoría de los que dedicamos parte de nuestras vidas a este deporte. Ya me entendéis...

Mientras tanto, ¡mucha suerte a los que van a la ciudad del Guadalquivir! Ojalá que os salga una carrera de ensueño. No esa en la que quedáis primeros, por delante de los africanos (seamos realistas), sino aquella más factible, en la que lográis la marca que queríais hacer, sin molestias ni lesiones, con una sonrisa en línea de meta...

martes, 11 de enero de 2011

Cross de A Pobra.

Anteayer debuté en la especialidad. Como anécdota, decir que dos días antes estaba comprando las zapatillas de clavos, y no tuve ni tiempo a probarlas sobre el terreno. Y así me fui, a pelo, con unas zapas del trinque -blancas y relucientes- que cantaban sobremanera en el pinar de Cabío.

Después de los nervios iniciales (a mí el potocolo oficial y los prolegómenos de la competiciones me matan)disfruté, disfruté y disfruté como un enano: del día, del ambiente, del circuito, de la organización... hasta de la arenita de los cojones disfruté (qué bonita es para tumbarse al sol, la muy jodida).

Espero volver en años venideros, y disfrutar todavía más, si cabe, e intentar mejorar lo que se pueda. Prometo sacrificio. Al mismo tiempo, animo a aquellos que no hayan probado las mieles de este tipo de carreras a que lo hagan. Sin duda, la experiencia merece la pena.

Saludos.