viernes, 11 de marzo de 2016

The Revenant

Como decíamos ayer, las sensaciones de terminar un Maratón -para un tío normal como yo- son indescriptibles. Quizá, no menos inefable es haber pasado varios años en blanco, el distanciamiento sufrido, y la sensación interna de abandono, pero también de abandonado. Un tiempo en el que, principalmente gracias a mi familia, he podido comprobar que todo es relativo, que lo que hoy parece un verdadero leitmotiv, mañana puede que no tenga la menor importancia. Por que no la tiene...

Hoy, sin saber muy bien por qué, vuelvo a escribir aquí. Sin objetivo concreto. Por puro impulso. Simplemente, he recordado que este blog existe, y que puedo practicar aquí el arte -cada vez menos común- de intentar plasmar con palabras, y de la mejor manera que uno puede, algunos pensamientos e ideas, y hacerlo públicamente. Imagino que la temática, a partir de ahora, será radicalmente distinta, como lo es mi vida...

Lo dicho, ha renacido este cajón desastre, sin más pretensión de que sea abierto, de vez en cuando, por mí mismo. Queda oficialmente reinaugurado.


lunes, 30 de abril de 2012

Algo más que 42 Km. A Coruña15/04/2012

Hola a todos:

Han pasado ya unos días. Objetivo cumplido, desde luego. Mejor incluso de lo que esperaba.

Mis miedos y temores se fueron disipando a medida que transcurría la Carrera. Tanta gente, tantos compañeros y tantos amigos... que solo podría haber parado por causa de fuerza mayor (muy mayor), claro. Sería imposible reunir en unos párrafos todas las sensaciones y emociones vividas desde principios de febrero, cuando pude empezar a entrenar para este gran reto. No caben aquí, en detalle, los recuerdos de ir a recoger el dorsal el viernes, de pasar el sábado en inmejorable compañía, de despertarme oyendo el viento azotando con furia la ventana, ya el domingo. Indescriptibles los rostros de preocupación general cuando llegué a la zona de salida... Todo lo contrario que al terminar, afortunadamente.

Desde luego, he quedado en deuda con mis compañeros de fatigas en la Alameda; agradecido por las muestras de apoyo, antes, durante y después de la Carrera; muy reforzado por el resultado obtenido en condiciones tan adversas; y deseoso repetir experiencia pronto, donde sea. Dicen que no hay dos sin tres... Será entonces cuando me demuestre a mí mismo que bajar de 3 horas es realmente posible. Eso sí, habrá que entrenar más y mejor, llegar más fino a la cita, y esperar a que los elementos sean un poco más propicios para hacer mi carrera de maratón perfecta. Visto lo visto -y lo digo con todo el respeto hacia la mítica distancia- hoy no tengo duda alguna: ese día llegará.

Un abrazo.

jueves, 9 de febrero de 2012

¿Entrenando o no?

Si me preguntan, no sabría qué contestar. Ni una cosa ni la otra, en realidad. Difícil de explicar. No sé. Aquello del cambio de rutina pasó a la historia, y con más pena que gloria. No volví a entrenar en horarios intempestivos. Y tampoco sabría razonar el porqué... ¿Estaré empezando a desvariar? (si es que antes no lo hacía). ¿Es mi vida desorganizada? ¿Me estoy dejando llevar? ¿Cómo pueden cambiar tanto las prioridades (de ocio, se entiende) de un año para otro?


Después de alguna que otra vuelta, llego a la conclusión de que no hay que darle tantas vueltas. La vida te lleva, y no se puede remar contra corriente, porque su fuerza es arrolladora. Se es mucho más feliz -creo yo- asumiendo, de forma natural, los cambios que se van produciendo en uno. ¿Será eso que llaman madurez comprender, entre otras cosas, que hoy estás aquí y mañana allá, arriba o abajo, dentro o fuera...? ¡Pues vale! ¿Cuál es el problema, entonces: no tener problemas? Ay, ay... bendito sea cada día, cada instante... en serio.


Probablemente, correr sea -de esos asuntos accesorios- lo mejor que he hecho en toda mi vida. Ahora, aprender a disfrutar cada momento, y saber valorarlo como lo que es, en su justa medida, me está proporcionando mucha paz. Espero que, después del subidón de los primeros años (que ha sido estupendo) la meseta en la que me encuentro sea lo más larga posible. Por ahora no atisbo el precipicio, el declive, el adiós. Y eso me llena, me da ganas de coger las zapatillas y darles caña, conociendo gente, compartiendo momentos, descubriendo rutas, indagando los límites físicos del yo... Genial. Y es ahora, justamente al levantar el pie del acelerador, cuando ya no me horada el alma faltar a la carrera de turno, cuando disfruto tanto del sí como del no, del todo y de la nada. Porque toda obsesión es insana, y en esta vida las aficiones no deberían pasar al primer plano nunca. La familia, los amigos, el trabajo (con el valor que ha adquirido hoy en día)... esos sí que son pilares básicos. Creo que estoy mejor que nunca en casi todos los sentidos, y... mirad: a lo mejor era antes cuando desvariaba, y cuando estaba realmente desorganizado...


Con esa calma y con esa perspectiva encaro el próximo objetivo: la maratón de La Coruña, que se celebrará el próximo 15 de abril. Os prometo, y me prometo a mí mismo, que disfrutaré de cada minuto de entrenamiento, y de cada kilómetro que corra ese día, tanto como me sea posible. De lo contrario, no merecería la pena.


Un saludo!



martes, 2 de agosto de 2011

Cambio de rutina.

Hoy puede ser un gran día (como decía la canción de Serrat), o no...

He empezado a entrenar (si es que se puede llamar así al simulacro de estos últimos meses) a las ocho de la mañana. A partir de ahora intentaré hacerlo algunos días laborables, mientras que los fines de semana es posible que lo haga a otras horas más tempestivas. Sería demasiado largo, a la par que aburrido, explicar el porqué de este cambio de rutina, pero el caso es que esto promete. Por lo menos mientras dure el "verano" (si es que se puede llamar así al simulacro de este año).

Entre tanto simulacro, ya os iré contando. Porque solo lo de hoy no hace prueba: cuarenta y siete minutos casi a ritmo de seis. Os adelanto algunas de mis primeras sensaciones:

1.- Es fundamental no mirar a los vecinos a la cara en el ascensor y el portal (corres serio peligro de volver a la cama, de inmediato).

2.- Siempre hay alguno, más loco todavía, que se levanta antes que tú para ir a correr. Me he encontrado un par. ¡Y seguro que había más por ahí! En fin, que me dio la sensación de ser de segunda o de tercera hora, tranquilamente.

3.- No es bueno girar la cabeza de forma brusca en el primer cruce. No puedo describir el brutal crujido-calambre que me produjo hacerlo. Y -todavía medio zombi- pensé para mis adentros: ¡joder!... ¡pero si aún no se me han ido las marcas de la almohada!... ¡estaré atontao!

4.- Bajar de cinco el kilómetro es una quimera, al menos hasta pasadas las nueve menos cuarto (quince segundos antes de terminar, vamos).

5.- No puedo asegurar que esto vaya a cuajar, pero tener los "deberes" hechos tan temprano me parece formidable. Y mi familia lo agradecerá, seguramente... (eso espero).

Y no me enrollo más, que tampoco es para tanto. El tiempo, como siempre, dirá...


martes, 28 de junio de 2011

Larga astenia primaveral.

No sé si es un mito o es real, pero llevo unos meses la mar de raro. El caso es que, por definición, y estando ya en verano, ¡ya se podía acabar esta puñetera fatiga o desánimo que tengo!

Llevo unos meses bastante flojillo, para qué nos vamos a engañar (tanto en los entrenamientos como en las competiciones). Lejos del punto de forma alcanzado en 2010, no me queda otra que disfrutar de lo que hay, que no es poco. Afortunadamente, pude asisitir a carreras que tengo entre mis favoritas: Coruña21, Cambados, o, muy recientemente, San Pedro de Visma. También pude debutar en pista al aire libre, en el Campeonato Gallego de Veteranos, que se celebró en Pontevedra... Etc., etc.

Mi ritmo ha bajado un poco, sí. Pero, lejos de abandonar, mi idea es aguantar y perseverar en el intento de mejora. Todo a su debido tiempo. Mientras tanto, toca ver cómo otros están en la cresta de la ola. Con envidia sana, al menos queda la alegría de verlos ahí. Algunos de ellos, incluso, después de largas lesiones... genial.

Tampoco he tenido mucha gana de actualizar el blog, de guardar cosas en él, de contarlas a quienes les puedan interesar o entretener...

Tiempos mejores vendrán, para entrenar, para competir y para escribir.

Un saludo.

jueves, 14 de abril de 2011

VIGBAY 2011

Ocho de doce. No está mal.

Es esta una de mis pruebas favoritas, y no solo por el recorrido, la organización, el ambientazo... que también. En realidad, la VigBay se ha convertido en una cita fija en mi calendario por el fin de semana que nos pasamos mi familia y yo junto a unos amigos, en Baiona. Todo un homenaje que nos damos a nuestra salud, y que culmina con esta fantástica carrera.

En lo meramente deportivo, este año he llegado peor preparado que el año pasado. A tenor de ello, decidí ser más conservador, e ir a disfrutar de un "entrenamiento" largo de domingo. La marca de 1:24:28? del año pasado era inalcanzable, y había que ser realista.

Cuando llegué a Samil casi eran las 10:00 h. Fui a tomar un café a toda prisa, y, sin calentar, me metí en el "cajón A", cuyo derecho me había ganado en la edición 2010. A pesar de salir más tranquilo que por aquel entonces (3:55 aprox.) creo que no molesté a nadie, ya que tampoco me puse en primera fila, ni mucho menos. Mi intención fue ir tenso (en torno a 4 el km) hasta que pudiese, de cara a próximas pruebas y medio maratones. Y así lo hice -más o menos- hasta el km 15 (a excepción de las cuestas), donde decidí levantar el pie hasta 4:20. a partir de ahí fue un "paseo", animando a la gente que me pasaba a riadas. Al final, tras el paso por el último Km -en el que recibí el ánimo de varios familiares y amigos- llegué a meta en 1:28:01. Sólo sprinté al final, cuando vi el crono sobre la meta, para intentar bajar de 1:28 (una tontería muy tonta), cosa que, finalmente, no conseguí. Pero bueno, quedé más que satisfecho con la marca y con las sensaciones, de todas formas.

Después de la pertinente ducha llegó, como ya es tradición, la gran churrascada. Y tras ésta el regreso a Santiago con los deberes hechos y con el buen sabor de boca que siempre dejan los fines de semana bien aprovechados. Un lujo.

Agradecer a todos los que rodean a esta carrera (organizadores, cuerpos de seguridad, servicios sanitarios, atletas, voluntarios, público...) su empeño en hacerla cada vez mejor. Ciertamente, lo estáis consiguiendo.

Y poco más. Simplemente añadir que ya estoy empezando a pensar en el año que viene... ¡a por la novena!

Nota: durante todo el recorrido me acordé muchísimo de Álvaro. Este amigo -formidable deportista y excelente persona- está empezando a correr hoy la que será, probablemente, la carrera más importante de su vida. Sé que es un ganador, que superará esta difícil prueba, y que pronto estará de vuelta en estas otras que tanto nos gustan. Lo sé. Desde aquí le mando toda mi fuerza, apoyo y ánimo.

lunes, 28 de febrero de 2011

Campeonato Gallego Veteranos 2011.

Aquella mañana Mateo no dejaba de llorar. Sus gritos retumbaban en el pabellón cada vez que sonaba el pistoletazo de salida de alguna prueba. Al final de la jornada matutina, acostumbrado ya al ruido, y observando el desarrollo del Campeonato, me preguntó entre pucheros: "Papá, ¿y a tí no te dan una medalla?". Sonriendo, y con toda la ternura que pude mostrar, le contesté: "No Cariño, pero el día que me den una, te la voy a regalar por lo valiente y lo bueno que eres". Esa misma tarde, y de forma totalmente imprevista (pues era debutante en estas lides), me entregaron dos. Se ve que Mamá, que, como siempre, había estado a nuestro lado, se merecía otra...

Aviso: es posible que la medalla del 400 me la hayan dado por error. En ese caso tendría que devolverla inmediatamente (como es lógico). Espero aclarar el asunto pronto, por el bien del otro afectado, y del mío propio.