Se acaba 2009. Personalmente, un gran año deportivo. Una treintena de carreras disputadas, y unos 3.000 km de entrenamientos tienen la culpa. Pruebas celebradas en toda Galicia, de costa a costa, y en cada una de las 4 provincias.
Desde 2003, cuando empecé, la media de carreras anual siempre era de 2 ó 3. Curioso salto cuantitativo, y, cómo no, cualitativo... Han sido varios factores los que han confluido en ello. Especialmente el aumento de días de entrenamiento (yendo muchas veces a medio día, renunciando a comer); y, últimamente, el haber encontrado un estupendo grupo de gente en la Alameda de Santiago.
Precisamente, hoy no puedo asistir a la que debiera ser la última carrera de este año: la organizada por el llamado -en tono de broma- "Centro de Alto Rendimiento de Santiago" (CARS). La razón de mi ausencia: el Obra juega en casa, y ya me perdí por culpa de otra carrera el mítico partido ante el Real Madrid, en el que David venció a Goliat en la prórroga.
En fin, que este extraordinario año también corre a ritmo vertiginoso. A ver si 2010 (Año Santo Compostelano) me trae tantas competiciones y tantas marcas personales batidas como este casi terminado 2009.
¡Feliz 2010 a todos!
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